A veces lo que apetece es dejarse llevar, o mejor dicho "dejar" y despreocuparse por todo. Avanzar muchas veces es complicado pero por experiencia, quieras o no, se acaba avanzando. Dejando rencores y resentimientos que no vienen al caso, me centro en lo que viene por delante, a corto y medio plazo. Empezando por el final, en dos semanas exámenes a cascoporro y después si el monstruo del espagueti volador quiere, la libertad!!! A corto plazo, media pizza y el cuarto capítulo de Luther.
Esta entrada es una excusa en sí para hablar de Luther y su protagonista. Quizá ver esta serie sea lo que me ha llevado a empezar esta entrada de una forma tan gris, pero la verdad es que en algunos aspectos me siento identificado en esta serie con Idris Elba (si alguno a visto The Wire sabrá que estoy hablando del estudiante de empresariales y capo de medio Baltimore, Stringer Bell). Si alguno da el paso y se pone a verla, puede que también le pase lo mismo.
Una vez terminada Game of Thrones y con intención de degustar poco a poco Treme, a la vuelta de las vacaciones decidí que tenía que buscar una nueva serie y como la BBC últimamente me está dando alegrías como Doctor Who o Sherlock, he decidido apostar por la cadena pública británica... y no me ha defraudado.
Luther es un detective lleno de culpabilidad, resentimiento y porque no decirlo, rabia. Aunque la serie en un primer momento parezca más de lo mismo, planteando la eterna lucha entre el bien y el mal y la delgada línea que separa dichos mundos, el enfoque es mucho más sutil de lo que estamos acostumbrados. Podríamos decir que la esencia es que Luther tiene corazón, Luther siente... y ese es su problema, no sabe cómo avanzar.
